Las lacas, frente a otro tipo de pinturas, tienen las ventajas de que se puede pulir con posterioridad, para extraer más brillo, y de que son más fáciles de extender sin que queden marcas.

La diferencia principal entre el esmalte y la laca es que el lacado deja un aspecto final mucho más brillante que el esmalte. Además, es un tipo de material que seca mucho más rápido y que, por lo general, presenta una mayor duración.